Una cooperativa con propósito

¿Nos hemos vuelto locos?

Hacemos caldo, hamburguesas, confitura de cebolla, puerros embotados, muslos en salsa… Es una gama muy peculiar. Incluso extraña. Lo sabemos. ¿Nos habremos vuelto locos? ¡Al contrario! Creemos que nos guía la sensatez y un sentido cada vez más común: aprovechar productos de máxima calidad ya existentes y llevarlos a tu mesa. Porque tirar lo que sobra puede ser inevitable, pero tirar productos excelentes es la verdadera locura.

Cómo surgió DeliKatetxe

En nuestra tierra tenemos la suerte de contar con un buen número de baserritarras que han decidido criar gallinas de una forma especial. Son los pequeños productores que hacen posible que compres huevos Eusko Label, Reyno Gourmet y ecológicos. Son los que crían a sus animales en pequeñas granjas, con acceso al campo, alimentación natural y con la mayor dedicación.

Las gallinas tienen menos carne y más firme que los pollos. Nuestras amamas tenían claro que eso se solucionaba con un mayor tiempo de cocción. Y nosotros también, que aún recordamos el aroma de la olla de gallina haciéndose a fuego lento invadiendo la cocina y la casa. A fin de cuentas, la ventaja de las gallinas es que son más sabrosas. Entonces, ¿por qué había desaparecido el caldo de gallina de nuestras mesas?

Antaño, cuando un baserritarra quitaba gallinas, guardaba algunas para el consumo de su familia y repartía las demás entre los vecinos. Los baserritarras de hoy tienen demasiadas como para repartirlas y nadie más se las quiere recoger.

La gallina tiene mucha menos carne que el pollo, así que es más rentable tirarlas a la basura y criar más pollos en su lugar.

Es así de simple.

A cada problema, su solución

Sería estupendo que existiera una forma de solucionar todos estos problemas de golpe, ¿verdad? De esa convicción surgió DeliKatetxe y gracias a ella vuelven las gallinas a nuestras mesas. Así, nos arremangamos y decidimos ponernos a trabajar para que los baserritarras, las gallinas y la memoria del caldo de nuestras amamas escribiéramos un nuevo capítulo en esta historia.

El retorno de la gallina

Imaginamos una gran fábrica en la que pudiéramos aprovechar las gallinas de muchos pequeños productores. Tendría unas enormes ollas alimentadas por energía solar en las que las gallinas, la carne y las verduras se cocerían durante horas para hacer un caldo sabroso. Aprovechamiento, economía circular, receta tradicional… ¡ya lo teníamos todo! O casi. Buscamos y rebuscamos y encontramos una fábrica en el corazón de Euskadi y nos planteamos que un trabajo tan bonito no podía hacerse en serie. Así que constituímos una cooperativa.

El equipo K

El equipo humano de la cooperativa DeliKatetxe lo componemos personas que compartimos la pasión por la comida, el orgullo por nuestra tierra y que deseamos hacer del mundo un lugar mejor, tacita a tacita. 

Nuestro baserri

Tradicional por fuera…

La búsqueda de un espacio para nuestra producción nos llevó hasta el corazón de Euskadi: Elorrio. Siguiendo nuestro principio del aprovechamiento, en lugar de construir una nueva fábrica buscamos una en desuso y la reciclamos dándole nuestro toque personal.

Ya que nuestro origen se encuentra en los baserris, sus gentes y sus productos, consideramos que sería bonito homenajearlos transformando la fachada utilitaria de la fábrica en un baserri. Además, así se funde con su entorno, ya que estamos rodeados de montes y otros baserris. ¿Te gusta el resultado?

…y la última tecnología por dentro

Sin embargo, por dentro la fábrica de DeliKatetxe está a la última.

Ya sabes que nos gusta solucionar problemas y aprovechar, aprovechar y aprovechar. Pues bien, el mayor problema de la producción de caldo es que tenemos que calentar mucha agua. Y eso tiene un tremendo coste energético. No es nuestro estilo solucionar un problema así comprando mucha energía, así que nos planteamos generarla nosotros mismos. ¿Y qué podemos aprovechar para generar esa energía? La luz del sol, gracias a nuestras placas solares. Aunque tan importante como no tener que comprar mucha energía es reducir cuánta utilizamos, que gracias a un proceso de producción innovador requiere mucha menos.

Gracias esta combinación de tradición y modernidad podemos elaborar nuestros productos utilizando la menor cantidad de recursos posible. Y eso es algo muy bonito.

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